Gabriel García Márquez
Crecemos maduramos, ya hoy no somos los mismos, hemos cambiado; ya sea para bien o para mal, el mundo está en constante transformación y con este nosotros nos amoldamos a un nuevo día, cambiantes como las olas del mar. Nuevas amistades llegan a tu vida, cruzan tu camino, reconfortan tu alma; así como otras salen sin darte cuenta, es extraño porque cuanto más entran mas vació te has de sentir. No digo que tener muchas amistades sea malo, solo que hay que valorar las pocas que se tiene porque entre mayor sea la cantidad de personas menor será la calidad de tiempo compartido. Hay que entender que la amistad no es por conveniencia, es algo mucho más grande e importante; es el hecho de crecer, aprender, llorar, reír JUNTOS. Porque una amistad crea lazos prácticamente familiares, porque es más que tolerancia, es convivencia. Aprender cuales son las cosas que le molestan y que le gustan a los demás, dejar de pensar así sea 5 minutos en uno mismo, porque de eso se trata, de creer y de sentir a los nuestros amigos con el alma y con el pensamiento.
Perderla es lo más doloroso, ya que de por si construirla pesa bastante. Una buena amistad no es nada sin sus pilares, sin sus cimientos. Amor, honestidad, tolerancia, humildad, respeto y fe, creo yo que son los más importantes, una mágica combinación que se reúne en una sola palabra CONVIVENCIA. Como antes lo había mencionado, de qué sirve un buen grupo si no se aprende a convivir. No es so el hecho de respetarse mutuamente, también es el de aprender cada día de los que nos rodean, valorarlos como son, ayudarlos en sus dificultades, aconsejarlos en sus malos momentos, estar ahí para ellos incondicionalmente, las 24 horas del día al pendiente, así sea con una llamada, que aunque estén medio dormidos sabes tú que te están escuchando y que están sintiendo lo mismo que tú sientes. CONEXIÓN, algunos piensan que es telepatía, yo creo que es una mágica conexión entre los amigos, el hecho de saber o sentir que está haciendo o que está pasando en la vida del otro, es increíble cuando tú dices "no a esta hora ya debe de estar llegando" e inmediato aparece en la puerta de tu casa tocando y si no llega tú te preocupas sabiendo enseguida que algo le ha pasado.
Cuando tú pierdes una amistad, nunca te das cuenta hasta que esa persona te hace tanta falta, cuando tienes una revelación o cuando ya llega el momento en que tus ojos se abren ante la realidad de los hechos. No es tu culpa, es culpa de ambas partes o de todas las partes involucradas, por que como dijo una buena amiga mía "De que te sirve llenar un vaso con un agujero en el fondo, si no harás nada por sanarlo", no luches por salvar una amistad si nadie más te ayudara a hacerlo, es que como pretender cargar con una cruz tan pesada si sabes que la única manera de levantarla es en equipo, no te canses tu solo tratando de pelear por algo que ya se ha perdido aparentemente para los demás; tu sigue tu camino, que el Señor cosas mejores te dará. Sé que es difícil de aceptar que todo está perdido pero es que tu SOLO no puedes pretender arreglar una situación tan grande, por eso si quieres arreglar una amistad tan valiosa lo más correcto sería hablar y dialogar para analizar si se puede o no salvar LO QUE JUNTOS HAN CREADO.